viernes, 7 de abril de 2017

Trump y una demostración de fuerza

La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de lanzar misiles contra una base aérea en Siria como respuesta a un alegado ataque químico supone hoy un cambio sustancial respecto a su postura previa sobre este tema.
El mismo hombre que hace cuatro años criticó al entonces jefe de Estado, Barack Obama, ante intentos de un proceder similar hacia la nación árabe, menos de tres meses después de su llegada al poder autorizó una acción que muchos de sus allegados políticos apoyan, pero que no pocos consideran impulsiva.

Obama apeló entonces a la cordura; Trump, por su parte, reaccionó con una demostración de fuerza que tuvo como blanco al aeródromo Shayrat, de la Fuerza Aérea siria, en la provincia de Homs, cerca del amanecer de este viernes en el país árabe (noche del jueves en Washington).

Según el Departamento de Defensa, para la operación se utilizaron 59 misiles Tomahawk Land Attack, lanzados desde los destructores USS Porter y USS Ross en el mar Mediterráneo oriental.

El Pentágono informó que la acción apuntó a refugios de aviones endurecidos, almacenamiento de petróleo y logística, búnkeres de provisión de municiones, sistemas de defensa aérea y radares.

Agregó que las fuerzas de Rusia fueron notificadas con anticipación y que los planificadores militares estadounidenses tomaron precauciones para minimizar el riesgo del personal ruso o sirio ubicado en el aeródromo.

La causa del lanzamiento fue un presunto ataque con armas químicas ocurrido esta semana en la provincia de Idleb, del que Trump responsabilizó al presidente sirio, Bashar al-Assad.

Sin embargo, Damasco ha negado poseer ese tipo de arsenal y aún están en marcha las investigaciones sobre lo sucedido.

El viceprimer ministro y canciller sirio, Walid al-Moallem, reiteró que su Gobierno rechaza categóricamente el empleo de armas químicas y denunció que tales hechos forman parte de una campaña manipulada y falsa.

Trump confirmó que autorizó el lanzamiento de misiles por tratarse de un asunto de interés de seguridad nacional, y llamó a las 'naciones civilizadas' a unirse a Estados Unidos contra Siria.

De esa manera, respondió con hechos después de criticar reiteradas veces a Obama por su actitud hacia el país árabe.

Según Trump, el suceso en Idleb, que 'cruzó muchas líneas', fue consecuencia de la debilidad y falta de determinación de la pasada administración.

Cuando en agosto de 2013 ocurrió un ataque químico en Guta, Damasco, que también atribuyeron al gobierno de al-Assad, Obama afirmó que su país estaba listo para atacar, pero decidió someter su decisión al Congreso.

Finalmente, la administración de Obama no atacó, y posteriormente se comenzó a desmantelar el arsenal sirio bajo la tutela de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.

Por aquellos días, Trump escribió en su cuenta de la red social Twitter: ¿Qué conseguiremos por bombardear Siria, además de más deudas y un posible conflicto a largo plazo?. Obama necesita aprobación del Congreso.

Ahora cambió la historia, y Trump obvió consultar al Poder Legislativo, con lo cual comenzó el debate acerca de la constitucionalidad o no de ordenar el lanzamiento de misiles.

Días antes de concluir su mandato el pasado 20 de enero, Obama expresó sentirse orgulloso de haber renunciado a la posibilidad de atacar directamente a Siria.

La percepción fue que mi credibilidad estaba en juego, que la credibilidad de Estados Unidos estaba en juego, explicó.

Sostuvo que sabía que apretar el botón de pausa en ese momento, tendría un costo político para él, cuando fue criticado fuera y dentro de territorio norteamericano.

El hecho de haber sido capaz de abstraerme de la presión inmediata y reflexionar sobre cuáles eran los intereses de Estados Unidos, no solamente con respecto a Siria sino también con respecto a nuestra democracia, fue una de las decisiones más difíciles que tomé, apuntó.

Ante lo sucedido ahora, llama la atención no solo el cambio de postura de Trump, sino de muchos de republicanos que decidieron en 2013 no apoyar al mandatario demócrata y hoy alaban la decisión del gobernante de su partido.

Por ello, aunque el presidente apele al 'interés nacional' para justificar la operación, y hable de paz y armonía en la misma alocución en la que confirmó el ataque, no es posible obviar los hilos políticos que se mueven detrás de los acontecimientos.

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